Los planificadores de instalaciones de centros de datos, los ingenieros térmicos y los arquitectos son responsables de hacer posible los servicios de Internet y de la nube de misión crítica de los que todos dependemos. Esta infraestructura crítica nos permite aprovechar los beneficios de las tecnologías en rápido desarrollo que están cambiando la forma en que trabajamos, compramos e interactuamos entre nosotros en un mundo electrificado.

Los avances constantes en tecnología y conectividad impulsan nuevas aplicaciones y una mayor necesidad de proteger los datos y las redes del mundo. Garantizar el flujo continuo de información es esencial. Al mismo tiempo, debido al aumento de los costos de energía y la necesidad de reducir la huella de carbono, la eficiencia energética es más importante que nunca. A medida que aumenta la demanda de datos, es fundamental que los administradores de centros de datos puedan implementar equipos de alta potencia que satisfagan las necesidades cambiantes de los clientes, al tiempo que minimizan el consumo de energía.

Una parte clave de esta ecuación es la forma en que los centros de datos abordan la refrigeración. Para que los equipos de los centros de datos funcionen como corresponde, deben mantenerse dentro de un rango de temperatura específico. Sin embargo, muchos sistemas de refrigeración heredados en los centros de datos y las salas de servidores utilizan sistemas de refrigeración por aire que simplemente no pueden seguir el ritmo de los equipos nuevos y de alta potencia.

Debido a la necesidad de una mayor densidad en los centros de datos, combinada con la refrigeración intensa que requieren los chips de última generación, la refrigeración por aire se está volviendo menos viable para muchos operadores. Los racks de servidores densamente poblados impiden el flujo de aire y la refrigeración por aire no puede manejar cargas de calor elevadas de manera eficiente. Los centros de datos que intentan hacer frente a esta situación aumentando la velocidad del aire pueden convertirse rápidamente en un entorno similar a un túnel de viento en el que es difícil trabajar y costoso de operar.

Cuando los sistemas de refrigeración por aire deben trabajar horas extra para mantener las temperaturas de funcionamiento necesarias, las instalaciones pueden sufrir fallos en los equipos, tiempos de inactividad no planificados y altos costes energéticos. Cuando la refrigeración por aire no es capaz de satisfacer las demandas de refrigeración, la refrigeración líquida puede ser una buena alternativa. Muchos servidores nuevos de alto rendimiento están diseñados teniendo en cuenta la refrigeración líquida.

La refrigeración líquida puede ser una buena opción para proteger equipos críticos y reducir el tiempo de inactividad. Además, puede ofrecer un sólido retorno de la inversión y un alto costo total de propiedad para las instalaciones de los centros de datos. Los sistemas de refrigeración líquida ofrecen soluciones efectivas para lograr los parámetros de temperatura requeridos y reducir el consumo de energía de los sistemas de refrigeración, lo que reduce los costos operativos. El líquido proporciona una capacidad de transferencia de calor mucho mayor (3500 veces mayor que la del aire) porque el líquido es más denso que el aire. La refrigeración líquida también puede aumentar drásticamente la efectividad del uso de energía (PUE), lo que reduce los costos de energía y contribuye a la sostenibilidad ambiental.